La inestabilidad de la articulación glenohumeral o articulación del hombro es una patología muy común en la rehabilitación ortopédica y deportiva. Con una presentación amplia, incluyendo la inestabilidad anterior, posterior o multidireccional, una variada sintomatología y tratamiento médico, esta patología de hombro requiere de un abordaje muy individualizado y específico por parte del fisioterapeuta.
En este artículo hablaremos sobre la inestabilidad anterior, la más común del hombro, y te explicaremos algunos de sus principios de tratamiento.
Anatomía y biomecánica de la estabilidad anterior del hombro
La articulación glenohumeral está predispuesta a la inestabilidad debido a su composición ósea, a lo largo del rango de movimiento del hombro solamente el 25-30% de la cabeza humeral articula con la glenoides. Debido a esto su estabilidad depende principalmente de la función de los músculos y ligamentos que la rodean.
Los estabilizadores estáticos glenohumerales comprenden:
- El labrum o rodete glenoideo. Se encarga de profundizar la superficie articular en un 50%, aumentando así el área de superficie articular y la resistencia hacia la traslación anterior del húmero respecto a la glenoides. También actúa como sitio de inserción de los ligamentos.
- Los ligamentos glenohumerales. Proveen estabilidad estática y una restricción al desplazamiento excesivo de la cabeza humeral. El ligamento glenohumeral superior resiste el desplazamiento anterior e inferior mientras el brazo está neutral o en aducción, el ligamento glenohumeral medio evita la traslación anterior mientras el brazo está a 45° de abducción y la banda anterior del ligamento glenohumeral inferior, quien es el mayor estabilizador articular glenohumeral, contribuye a la estabilidad anterior mientras el brazo está en rotación externa y a 90° de abducción.
Los estabilizadores dinámicos del hombro son los músculos del manguito rotador, el deltoides, la cabeza larga del bíceps y la musculatura periescapular. Estos músculos son capaces de producir co-contracciones para generar fuerzas compresivas o coaptadoras en la articulación, principalmente en rangos de movimiento donde la cápsula y ligamentos están laxos. También pueden contraerse de forma selectiva para resistir la traslación de la cabeza humeral y preactivarse para estabilizar la región articular desde el inicio del movimiento.