La tendinopatía rotuliana crónica, comúnmente conocida como "rodilla del saltador", es una afección degenerativa que afecta al tendón rotuliano, provocando dolor y limitación funcional en la región anterior de la rodilla. Esta patología es prevalente en deportistas que realizan actividades con saltos repetitivos, como el baloncesto, voleibol y atletismo. El tratamiento conservador es la primera línea de abordaje, destacando el ejercicio excéntrico como una intervención eficaz. Recientemente, la combinación de ondas de choque radiales con entrenamiento excéntrico ha emergido como una estrategia terapéutica prometedora.
La tendinopatía rotuliana se caracteriza por cambios degenerativos en el tendón, incluyendo desorganización de las fibras de colágeno, aumento de la vascularización y proliferación de fibroblastos. Estos cambios resultan en dolor, rigidez y disminución de la capacidad funcional. La etiología es multifactorial, involucrando factores intrínsecos como desequilibrios musculares y factores extrínsecos como sobrecarga mecánica y errores en la técnica deportiva.
El ejercicio excéntrico ha demostrado ser efectivo en la rehabilitación de tendinopatías, promoviendo la reorganización del colágeno y mejorando la resistencia del tendón. Los protocolos suelen incluir ejercicios de descenso controlado en una plataforma inclinada, realizados en series y repeticiones específicas, con una frecuencia diaria. Este tipo de entrenamiento no solo mejora la estructura tendinosa, sino que también reduce el dolor y mejora la función.
Las ondas de choque radiales son impulsos acústicos de alta energía que se aplican sobre el tejido afectado, estimulando procesos de reparación y regeneración. Sus efectos incluyen la neovascularización, estimulación de la producción de colágeno y disminución de mediadores inflamatorios. Esta terapia es no invasiva y se ha utilizado con éxito en diversas tendinopatías crónicas.
La combinación de ondas de choque radiales con entrenamiento excéntrico busca potenciar los beneficios de ambas terapias. Mientras las ondas de choque estimulan la regeneración tisular, el ejercicio excéntrico fortalece el tendón y mejora su funcionalidad. Esta sinergia puede resultar en una recuperación más rápida y efectiva para pacientes con tendinopatía rotuliana crónica.
Un protocolo efectivo incluye la aplicación de ondas de choque radiales una vez por semana durante varias semanas, seguido de un programa de ejercicios excéntricos diarios. Los ejercicios se realizan en una plataforma inclinada, con el objetivo de trabajar el tendón en su rango funcional. Es fundamental ajustar la intensidad y progresión del tratamiento según la respuesta del paciente, asegurando una carga adecuada sin provocar exacerbación de los síntomas.
Los estudios han mostrado que la combinación de ondas de choque radiales y entrenamiento excéntrico mejora significativamente el dolor y la función en pacientes con tendinopatía rotuliana crónica. Las escalas de evaluación, como la VISA-P, han evidenciado mejoras sustanciales en la puntuación post-tratamiento. Además, la mayoría de los pacientes reportan una alta satisfacción con la terapia combinada, destacando una recuperación más rápida y una disminución en la recurrencia de los síntomas.
Es esencial realizar una evaluación exhaustiva antes de iniciar el tratamiento, identificando factores contribuyentes y estableciendo objetivos realistas. La educación del paciente sobre la naturaleza de la tendinopatía y la importancia de la adherencia al tratamiento es crucial. Además, se debe monitorear la respuesta al tratamiento y ajustar el protocolo según sea necesario, considerando la posibilidad de integrar otras modalidades terapéuticas si se requiere.
La combinación de ondas de choque radiales y entrenamiento excéntrico representa una estrategia terapéutica eficaz para el tratamiento de la tendinopatía rotuliana crónica. Esta intervención multimodal aborda tanto los aspectos estructurales como funcionales de la patología, ofreciendo una alternativa no invasiva y con resultados clínicos positivos. La implementación de este enfoque requiere una planificación cuidadosa y una supervisión adecuada para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.