La cervicalgia mecánica inespecífica es una de las causas más frecuentes de consulta en fisioterapia. Se caracteriza por dolor cervical sin una causa estructural evidente, afectando la calidad de vida y la funcionalidad del paciente. Entre los tratamientos empleados, la manipulación vertebral torácica (MVT) ha demostrado ser una técnica eficaz para mejorar el dolor y la movilidad cervical, aunque su mecanismo exacto sigue siendo motivo de debate.
Este artículo revisa la evidencia científica sobre los efectos de la manipulación vertebral torácica en pacientes con cervicalgia mecánica inespecífica, analizando su impacto en la reducción del dolor y el aumento del rango de movimiento cervical (ROM).
La MVT es una técnica de terapia manual que aplica un impulso de alta velocidad y baja amplitud en la región torácica, con el objetivo de mejorar la movilidad articular y reducir la disfunción musculoesquelética. Sus efectos terapéuticos se explican a través de diversos mecanismos fisiológicos:
La biomecánica de la columna cervical está influenciada por la movilidad de la región torácica. La restricción en la columna torácica superior (T1-T4) genera una sobrecarga en la musculatura cervical, favoreciendo la aparición de dolor y limitación funcional.
Algunos estudios han sugerido que la manipulación torácica puede aliviar la tensión en los músculos cervicales y mejorar la postura, disminuyendo la carga sobre el sistema musculoesquelético cervical. Esto la convierte en una herramienta relevante en el manejo de la cervicalgia mecánica inespecífica.
Varios estudios han demostrado que la MVT reduce el dolor en pacientes con cervicalgia mecánica. En una revisión sistemática publicada en la Revista Sanitaria de Investigación, se reportó que los pacientes sometidos a manipulación torácica experimentaron una disminución significativa en la escala de dolor (VAS) en comparación con otros tratamientos conservadores [1].
Otro ensayo clínico evidenció que una sola sesión de manipulación torácica generó una reducción inmediata del dolor y una mejora en la percepción del bienestar en pacientes con cervicalgia crónica.
La manipulación torácica también ha mostrado efectos positivos en la movilidad cervical, especialmente en la rotación y flexión lateral. Estudios clínicos han reportado que la manipulación torácica facilita la movilidad cervical debido a la reducción de restricciones biomecánicas y la disminución de la hiperactividad muscular.
Un metaanálisis reciente indicó que los pacientes con cervicalgia tratados con MVT presentaron mejoras del ROM cervical hasta un 30% en comparación con grupos de control que recibieron únicamente ejercicio terapéutico.
La mayoría de los estudios indican que los efectos de la manipulación torácica son más evidentes a corto plazo (1 a 4 semanas). Sin embargo, cuando se combina con ejercicio terapéutico y reeducación postural, los beneficios pueden mantenerse a largo plazo.
La MVT se ha comparado con diversas intervenciones fisioterapéuticas en el manejo de la cervicalgia mecánica. A continuación, se presentan algunos hallazgos clave:
Los resultados sugieren que la combinación de MVT con ejercicio terapéutico maximiza los beneficios clínicos, proporcionando alivio del dolor y mejoras funcionales sostenibles en el tiempo.
Es crucial que el fisioterapeuta realice una evaluación detallada para determinar la idoneidad de la MVT en cada paciente.
La manipulación vertebral torácica ha demostrado ser una estrategia terapéutica efectiva en pacientes con cervicalgia mecánica inespecífica, mejorando significativamente el dolor y el rango de movimiento cervical.
Los estudios respaldan su uso como una intervención de primera línea, especialmente cuando se combina con ejercicio terapéutico y reeducación postural. Aunque sus efectos son más pronunciados a corto plazo, la inclusión de estrategias complementarias puede optimizar y prolongar sus beneficios clínicos.
La evidencia actual refuerza la importancia de la evaluación individualizada y la selección adecuada de los pacientes para garantizar un tratamiento seguro y eficaz.