Fisioterapia tras un Ictus

Ultima edición: Noviembre 15, 2023, 03:44 Hrs

Según la Sociedad Española de Neurología el Ictus o ACV (Accidente Cerebro Vascular) es una patología cerebro-vascular aguda. Es la segunda causa de muerte más frecuente en España y una de las principales causas de discapacidad permanente en el adulto. Afecta a unos 130.000 españoles al año, de ahí su importancia en la sociedad de hoy en día (1). La Fisioterapia juega un papel vital en la lucha por conseguir la máxima funcionalidad y calidad de vida tras un ictus. Además, un trabajo multidisciplinar con otros profesionales asegura un mejor tratamiento y recuperación para cada paciente.

Historia de un Ictus

Tras un tiempo prudencial en el hospital y bajo supervisión médica, todo es diferente para cada persona. Eso es lo primero que se ha de aprender acerca de un Ictus, no hay dos casos clínicos idénticos y cada persona sufre y reacciona de manera completamente diferente a este proceso. Una vez el paciente ha sido estabilizado y el personal médico lo considera oportuno, está indicado comenzar el proceso de rehabilitación de Fisioterapia lo antes posible, ya que según la literatura científica, cuanto antes comience este proceso, mejores serán los resultados y menores las secuelas. Algunas personas comienzan la rehabilitación a los pocos días de haber sufrido el Ictus, otras a las semanas o incluso algunas a los pocos meses (2, 3).

Hay que dejar claro desde un principio que no se conoce con exactitud cómo va a ser la evolución de cada paciente, ni qué secuelas presentará, ni si se recuperará completamente del todo. Todos estos aspectos dependen en gran medida de la gravedad del Ictus, de la rapidez con que se actuó cuando éste se instauró y de las condiciones del propio paciente: edad, estado físico-mental, estilo de vida, etc. (4, 5). También es imprescindible recalcar que la Fisioterapia y el resto de trabajo Multidisciplinar no eliminan el daño causado por el Ictus (cerebral y corporal), si no que se orientan a minimizarlo y a conseguir los mejores resultados posibles (6).

Es esencial comprender que sufrir un Ictus es una situación muy dura tanto para el propio paciente, como para la familia; por ello hemos de ser comprensivos y pacientes. Una vez se comienza todo el proceso de rehabilitación, este comprende un periodo de tiempo que la mayoría de las veces resulta desconocido. Puede ser de unos pocos meses, varios años e incluso abarcar el resto de la vida de la persona afectada. Lo esencial es comenzar cuanto antes, tener un diagnóstico completo y elaborar el mejor plan de tratamiento.

Fisioterapia, ¿Hasta cuándo? ¿Qué plazos existen?

Lamentablemente, el proceso de rehabilitación de Fisioterapia se encuentra limitado en el tiempo. Ya se ha mencionado que dicho proceso ha de comenzar lo antes posible (en cuanto el equipo médico lo crea oportuno) y se perpetúa en el tiempo sin saber con exactitud hasta cuándo. Según los protocolos de actuación, existen las siguientes fases tras un Ictus (3, 4, 7):

Fase aguda. Primera fase, periodo de tiempo comprendido desde que se produce el Ictus hasta pasados los primeros 7 días. Si el equipo médico lo considera oportuno y el paciente se encuentra estabilizado, es vital comenzar la rehabilitación de Fisioterapia en esta etapa.
Fase subaguda. Tras haber superado la fase anterior, ésta tiene una duración aproximada de 3-6 meses. Durante el primer mes, es el momento de mayor probabilidad de recuperación funcional; afortunadamente se mantiene hasta el tercer mes. Tras los tres primeros meses se consigue estabilizar la situación neurológica y hasta los 6, se considera que sigue existiendo posibilidad de conseguir mejorías funcionales. Fase vital donde se pueden alcanzar los mejores resultados.
Fase crónica. Tras los 6-12 meses, se instaura un proceso de ?normalidad? donde la mejoría se estanca y deja de ser tan avanzada. Afortunadamente, tanto el lenguaje como el equilibrio consiguen ser mejorados hasta los 2-3 años. Normalmente, tras haber llegado a esta fase el paciente, su recuperación es muy avanzada y en torno a los 12 meses una gran mayoría de las personas se reincorporan a sus trabajos. Desgraciadamente hay casos donde la mejoría no ha sido tan evidente y precisan de un mayor tiempo de rehabilitación.

¿En qué ayuda la fisioterapia y cómo?

El objetivo primordial de la Fisioterapia en cualquier caso de Ictus es conseguir la mayor capacidad funcional posible del paciente, alcanzando una calidad de vida óptima con la máxima independencia y libertad para llevar a cabo actividades de la vida diaria dentro del ámbito familiar, laboral y social (2). Antes de comenzar la rehabilitación, se han de delimitar todas las afectaciones que ha sufrido el paciente (pérdida de habla, parálisis de miembros, pérdida de visión, etc) y en base a ellas, elaborar un diagnóstico, enunciar los objetivos a conseguir y el plan de tratamiento que se realizará. Todo ello dentro del marco de actuación del equipo Multidisciplinar.

Uno de los principales objetivos que la Fisioterapia intenta conseguir cuanto antes es la estabilidad del tronco y la ganancia de fuerza y resistencia en los miembros, para que el paciente se pueda mantener de pie y comenzar la marcha (2). Otras complicaciones muy frecuentes que abordan los fisioterapeutas son dolores y rigideces articulares, así como el tratamiento de edemas que aparecen en los miembros del paciente (8). Aparte del trabajo de estabilidad y marcha, también se presta atención a la práctica de cambios de postura, a las transferencias de la vida diaria (ejemplo: cama à silla) y a corregir las compensaciones que se producen de manera intrínseca a la lesión (ejemplo: elevación exagerada de hombro o cadera durante la marcha), ya que si no se evitan, el paciente las asimila, las aprende y pueden producir futuras lesiones (8).

Más detalladamente y a nivel general, se pueden destacar varias complicaciones que aparecen con bastante frecuencia tras un Ictus: hombro doloroso, edemas en extremidades, parálisis de un lado del cuerpo (hemiplejia, hemiparesia), dificultad en el habla, problemas de sensibilidad, pérdida del equilibrio y control de la postura. Hay muchas más y cada una se trata de forma especializada. Según las necesidades de cada paciente y las afectaciones que padece, el fisioterapeuta las tratará de la mejor manera posible. Algunas de las técnicas que la Fisioterapia dispone para su uso son:

Termoterapia.
Movilización de articulaciones y ejercicios activos.
Técnicas de estimulación neuromuscular propioceptiva: Kabat.
Técnica de Bobath y técnica de Perfetti.
Hidroterapia.
Electroterapia.
Realidad virtual y técnica del espejo.
Masoterapia.

Trabajo multidisciplinar

No sólo la Fisioterapia ayuda en el proceso de rehabilitación, es necesaria la ayuda de otras disciplinas que aportan conocimientos vitales de cara a conseguir una recuperación plena (9). Desde el inicio este equipo multidisciplinar está integrado por el equipo médico de Medicina Neurológica y Vascular, el equipo de Enfermería y sus auxiliares. Ellos reciben al paciente en la fase aguda y lo tratan hasta su alta hospitalaria, así como en las visitas sucesivas para realizar las valoraciones médicas pertinentes.

Imagen de 123RF

Respecto al proceso de rehabilitación, se ha hablado de la dureza de este proceso y de afrontarlo, por ello muchas veces es necesaria la presencia de un profesional de la Psicología para ayudar al paciente y/o familiares a manejar esta nueva situación. Si hubiera habido afectación del habla tras el Ictus o algún otro déficit cognitivo, sería necesaria la participación del equipo de Neuropsicología, Psicopedagogía y Logopedia para afrontar este proceso. La ayuda del equipo de Terapia Ocupacional es también más que bienvenida, puesto que pueden conseguir una mayor calidad de vida en ciertas actividades de la vida diaria como el aseo, vestirse o poder comer de forma autónoma.

Una vez el paciente haya recibido el alta médica y fisioterápica, es aconsejable que siga manteniendo un nivel alto de actividad física; los profesionales de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte son un reclamo y una herramienta importantísima para conseguir este objetivo, ya que pueden elaborar ejercicios y planes de entrenamiento individualizados según los requerimientos del paciente.

Imagen de 123RF

Por último, se puede mencionar que la presencia de un profesional de la Nutrición puede ser interesante a la hora de seguir una dieta sana y equilibrada; más si el paciente desconoce cómo elaborarla y llevarla a cabo. Todos los profesionales antes mencionados tienen una tremenda importancia en la recuperación de cada paciente; así como la tiene la Fisioterapia.

Prevención: ¿Se puede evitar sufrir un ictus?

La respuesta en compleja: se pueden reducir las posibilidades de sufrir un futuro Ictus, pero nada ni nadie asegura una prevención del 100%, como todo en esta vida; eso sí, se puede reducir el porcentaje de aparición en gran medida si se siguieran los siguientes consejos o medidas (3):

Realizar ejercicio de manera regular y con estricto control.
-Seguir una dieta sana, equilibrada y controlando los excesos.
Regularmente, mantener un control médico de la tensión arterial, del peso y de los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Intentar no fumar ni consumir alcohol y otras drogas.
Cuidar las relaciones y la vida social.

Conclusiones

Sufrir un Ictus es una experiencia muy dura, ya que afecta a la vida familiar, laboral y social. Es fundamental actuar cuanto antes, conseguir un completo diagnóstico con todas las complicaciones y comenzar el tratamiento rehabilitador. Por ello, es vital el trabajo Multidisciplinar de diversos profesionales; sólo así se pueden revertir las complicaciones causadas. La Fisioterapia juega un papel clave en la ayuda al paciente por alcanzar la máxima independencia en las actividades de la vida diaria. Para evitar sufrir un Ictus es primordial la prevención y la adopción de buenos hábitos saludables.