La incontinencia urinaria y los prolapsos urogenitales son disfunciones del suelo pélvico que afectan a millones de personas, especialmente a mujeres en edad avanzada o posparto. Estas alteraciones generan un impacto significativo en la calidad de vida, afectando la autonomía, la autoestima y la actividad física de quienes las padecen.
La fisioterapia del suelo pélvico ha demostrado ser una estrategia eficaz para mejorar los síntomas de estas patologías, evitando en muchos casos la necesidad de intervenciones quirúrgicas. Este artículo revisa las bases de la fisioterapia en la incontinencia y los prolapsos urogenitales, destacando sus beneficios, técnicas y evidencia científica.
La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina y puede clasificarse en distintos tipos:
Por otro lado, los prolapsos urogenitales ocurren cuando los órganos pélvicos (vejiga, útero o recto) descienden debido a la debilidad del soporte fascial y muscular del suelo pélvico. Estos pueden clasificarse en:
El factor común en ambas disfunciones es la debilidad de la musculatura del suelo pélvico, lo que hace que la fisioterapia juegue un papel clave en su tratamiento y prevención.
El tratamiento fisioterapéutico busca:
Son la base del tratamiento fisioterapéutico. Consisten en la contracción y relajación repetida de los músculos del suelo pélvico con diferentes intensidades y duraciones. Se recomienda realizar series de 10 a 15 contracciones, tres veces al día, con progresión en la resistencia y duración de las contracciones.
Utiliza corrientes eléctricas de baja frecuencia para estimular los músculos del suelo pélvico en pacientes con debilidad severa o falta de control voluntario. Ha demostrado ser eficaz en la rehabilitación de la incontinencia urinaria de esfuerzo y en algunos casos de incontinencia de urgencia.
Es una técnica que ayuda al paciente a mejorar la contracción del suelo pélvico a través de la retroalimentación visual o auditiva. Se utilizan sondas intravaginales o anales conectadas a dispositivos que registran la actividad muscular y guían al paciente en la activación correcta de los músculos.
Incluye técnicas de terapia miofascial, liberación de puntos gatillo y movilización pélvica para mejorar la elasticidad y el tono de los tejidos del suelo pélvico. Puede ser útil en mujeres con hipertonía perineal o disfunciones sexuales asociadas.
Es una técnica que combina posturas y apneas respiratorias para reducir la presión intraabdominal y fortalecer la musculatura profunda del abdomen y suelo pélvico. Se ha demostrado que los ejercicios hipopresivos pueden mejorar la función perineal y prevenir el descenso de los órganos pélvicos.
Se utiliza en pacientes con incontinencia de urgencia y consiste en entrenar a la vejiga para recuperar el control sobre la frecuencia y los intervalos miccionales. Incluye estrategias como el aumento progresivo del tiempo entre micciones y técnicas de relajación.
Los conos vaginales son dispositivos de distintos pesos que se introducen en la vagina y requieren la contracción del suelo pélvico para mantenerlos en su posición, fortaleciendo la musculatura. Los pesarios son soportes vaginales utilizados en prolapsos para mejorar la continencia y reducir la sintomatología.
Diversos estudios han demostrado la efectividad de la fisioterapia en el tratamiento de la incontinencia urinaria y los prolapsos urogenitales. Según la literatura revisada en IDYTUR, los ejercicios de Kegel han mostrado una reducción significativa en la frecuencia y severidad de los episodios de incontinencia urinaria en mujeres con debilidad perineal.
Un metaanálisis indicó que la combinación de fisioterapia y entrenamiento del suelo pélvico tiene una eficacia similar a la cirugía en estadios leves de prolapsos, con menos efectos adversos y menor riesgo de recurrencia.
En cuanto a la electroestimulación y el biofeedback, se ha reportado que pueden ser útiles como tratamiento inicial en pacientes con disfunción neuromuscular del suelo pélvico, mejorando la contracción y coordinación muscular.
Aunque la fisioterapia del suelo pélvico es segura, existen algunas contraindicaciones y precauciones:
La fisioterapia es una herramienta fundamental en el tratamiento de la incontinencia urinaria y los prolapsos urogenitales, permitiendo mejorar la calidad de vida de los pacientes sin recurrir a tratamientos invasivos.
Las técnicas más eficaces incluyen los ejercicios de Kegel, el biofeedback, la electroestimulación y el ejercicio hipopresivo, combinadas con educación postural y reeducación vesical. La evidencia científica respalda su eficacia, especialmente en estadios iniciales y moderados de estas patologías.
Es fundamental que el tratamiento sea personalizado y guiado por un fisioterapeuta especializado. En Fisiocampus contamos con cursos en fisioterapia uroginecológica, asegurando la correcta ejecución de los ejercicios y la selección de las técnicas más adecuadas para cada paciente.