Hace 40 años George L. Engel presentó a la comunidad médica su artículo ?La necesidad de un nuevo modelo médico: Un reto para la Biomedicina? en la revista Science (1).
En su artículo pone en entredicho lo que en aquella época era el modelo dominante en la medicina, el modelo biomédico, a la par que presentaba un nuevo modelo, el biopsicosocial.
El modelo biomédico según Engel
El modelo biomédico asume que la enfermedad es causa de las desviaciones, susceptibles de ser medidas, en la normalidad de una serie de variables que biológicas (somáticas) (1). Considerando como centro y único origen de la enfermedad lo físico, el modelo biomédico no deja lugar para considerar la intervención de factores sociales o psicológicos en la enfermedad.
Este modelo fue desarrollado por científicos médicos ante la necesidad de investigar la enfermedad lo que lo convierte en un modelo científico, algo ideal y necesario en el campo de la investigación en el mundo de la salud que se sirve del método científico para recabar más información sobre la enfermedad (1).
Cabe decir que sin este método científico y sin este enfoque científico-médico la medicina no habría progresado lo suficiente como para necesitar un cambio o ampliación de modelo, según como se vea. Lo cierto es que el modelo biomédico se nutría filosóficamente de dos corrientes: el reduccionismo y la dualidad cuerpo-mente (1).
El reduccionismo es una corriente filosófica que considera que fenómenos complejos derivan en última instancia de un único principio primario. Puesto en términos médicos vendría a ser como considerar que la experiencia dolorosa sufrida en una rotura fibrilar no es más que la consecuencia de la liberación de sustancias químicas en la zona de rotura.
Por otro lado, el concepto de dualidad cuerpo-mente es una doctrina que separa lo mental de lo puramente somático. Esta corriente tiene sus raíces en el pensamiento cultural y religioso de occidente, en tiempos en que el alma, todo lo relativo a la mente, era competencia eclesiástica.
Así pues, tenemos un modelo que desdeña toda participación ajena al cuerpo en la enfermedad y a su vez aboga por simplificar sus causas reduciendo así la incertidumbre y convirtiendo la solución en un mero proceso matemático.
Como psiquiatra no podía estar de acuerdo con este modelo. Se empezaban a oír voces que cuestionaban la pertenencia de la psiquiatría a la rama de las ciencias médicas, el modelo biomédico se había convertido en un dogma que no admitía ni la incertidumbre ni la disidencia a lo somático (1). Era necesario ampliar las miras, era necesario un modelo biopsicosocial.
La propuesta biopsicosocial de Engel
En realidad el concepto del modelo biopsicosocial es muy simple, se trata de añadir a la variable somática o bioquímica las variables social y psicológica. No se trata de hacer un popurrí con estas tres orientaciones y lanzarse al vacío con él sino de abrir el campo de la investigación científica a estas dos variables y obtener, tal y como dice Engel en su crítica al modelo biomédico, datos de observaciones fiables a partir de una aproximación científica y racional del estudio de datos psicosociales y comportamentales (1).
Sin embargo, la propuesta de este modelo era hija de su tiempo y tenía ciertos aspectos que pulir. Según Borrell i Carrió (2), Engel dotó a su propuesta de cierta carga ideológica con la intención de que esta creara escuela, de que se convirtiera en un punto de partida para las ciencias médicas.
Engel respaldó su modelo presentando una perspectiva acorde con la Teoría de los Sistemas Generales (1), una teoría propuesta por Von Bertalanffy quien sostiene la necesidad de abrir la ciencia a aproximaciones más holísticas.
El holismo es una corriente filosófica que se opone al reduccionismo en su forma, según el holismo todo sistema debe ser estudiado en su conjunto y no como la suma de las partes que lo componen, reconoce su división pero estas partes tan solo adquieren significado a través del todo. La teoría de Bertalanffy sostiene que todos los niveles de organización están vinculados entre sí jerárquicamente de modo que un cambio en uno afecta a los demás (1).
Según Engel, el uso de esta teoría mediante una aproximación científica ayudaría a mitigar el dualismo creado por las corrientes reduccionistas y holistas al favorecer la comunicación interdisciplinar. Como dice Borrell i Carrió, había una fuerte carga ideológica en la propuesta de Engel, algo comprensible pero que no suele acabar bien (2).
La perspectiva biopsicosocial
Martínez Rodríguez (3) expone que, según Borrell i Carrió y Cebriá i Andreu (4), lo que en principio pretendía ser el modelo biopsicosocial se ha quedado más bien en una perspectiva biopsicosocial al no haber sido dotado de un cuerpo teórico suficiente. Aun así, la propuesta fue lo suficientemente potente como para generar un punto de partida que ayudara a abandonar el modelo centrado en la enfermedad y fomentar el nacimiento de un modelo de atención centrado en el paciente, un modelo de clínica que abandona el rol paternalista del terapeuta e incluye al paciente en el proceso de su propia rehabilitación.
La perspectiva biopsicosocial evita centrarse en la enfermedad y orienta sus esfuerzos en tratar a la persona en el más amplio sentido de la palabra.
Cada profesional que lo trate no tiene porqué ser competente en todos los aspectos biopsicosociales que rodean al paciente pero sí debe de ser capaz de considerarlos y tenerlos en cuenta según su relevancia.
Para que este trato sea efectivo se ha de ejercer el respeto hacia el paciente, la comunicación médico-paciente ha de ir más allá de la mera empatía y es necesario que el terapeuta desarrolle y aprenda las habilidades sociales y comunicativas que esta tarea requiere (3).
Al tener en cuenta tanto los aspectos de la vida social que rodean al paciente, es necesario recopilar información al respecto (3). Esto abarcará al contexto social más cercano y al general, pero también deberán de tomarse en cuenta tanto los aspectos ambientales como sus creencias, los recursos de los que dispone y las influencias a las que se ve sometido (3).
Es tanto lo que hay que ver y tener en cuenta que es inevitable que el terapeuta se genere preguntas para las que no hay respuestas, por ello no hay que tomar conclusiones precipitadas cuando nuestra exploración clínica presente datos no definitivos (3).
Debemos reprimir el impulso de llenar los huecos de lo ?desconocido? con creencias y teorías no contrastadas, por ahora bastará con marcar y registrar esos puntos ciegos. Dado que el campo de actuación es la persona la perspectiva biopsicosocial no busca solo modificar la dimensión física o psicológica, si el contexto que rodea al paciente da señales de estar contribuyendo a su enfermedad también deben ser modificados estos factores.
Del mismo modo se busca intervenir también sobre la función del paciente, más aun en la fisioterapia y teniendo en cuenta que tenemos un marco de referencia tan potente como es la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) (5), desarrollado por la Organización mundial de la salud (OMS).
Biomeca?nica del estre?s - Parte 5 de 5 - por que? espiral, por que? descendente y por que? a la derecha
Cuando estamos estresados nuestro cuerpo se llena de tensión y adopta una postura bien particular: una espiral descendente hacia la derecha. En la naturaleza encontramos el caos, y también encontramos esta forma particular de espiral en ese caos? Entonces, ¿el estrés es algo natural? Aquí te explicamos 7 conclusiones importantes sobre el estrés en adultos y niños. Para más clases como esta y disfrutar de aprendizaje sobre fisioterapia suscríbete a FisioCampus.
,
, ,
Conclusión
Como conclusión a esta sucinta presentación de lo que es esta perspectiva biopsicosocial podemos afirmar que los fisioterapeutas, y los profesionales de las ciencias de la salud, disponemos de una herramienta que nos permite formarnos y tratar a nuestros pacientes de un modo más global teniendo en cuenta los diferentes aspectos o factores que rodean a una persona sin necesidad de caer en filosofías tan extremados como el reduccionismo y el holismo. Y todo esto será posible siempre que no perdamos el contacto con la plausibilidad biológica y la mejor evidencia científica disponible.
Bibliografía
3 - Martínez Rodríguez, A. Fisioterapia en atención primaria. Madrid: Síntesis; 2008. 113p.