Existe una amplia evidencia científica que señala que el mantenimiento de una adecuada comunicación clínico-paciente es unos de los principales factores determinantes de la respuesta de dolor en intervenciones odontológicas, de enfermería y de fisioterapia. El establecimiento de un buen rapport y un estilo de comportamiento amable y amistoso en el clínico y elicitador de preguntas y preocupaciones por parte del paciente (sobre la técnica de intervención, sobre el dolor) genera un patrón de intercambio comunicativo que disminuye la ansiedad anticipatoria y el dolor. Así mismo, una buena comunicación aumenta la efectividad de una intervención específica, modificando las expectativas.
Según la personalidad del paciente, existen estrategias psicológicas como la predictibilidad y la controlabilidad, que influyen en la percepción de dolor y en la ansiedad del paciente durante la consulta de fisioterapia.
Predictibilidad
Una mayor predictibilidad se relaciona con menor ansiedad y miedo, y con una mayor tolerancia al dolor. Llamamos predictibilidad a dar información sobre el inicio, final, duración o intensidad del estímulo nocivo. Por tanto, para aumentar la predictibilidad debemos ofrecer al paciente una información adecuada sobre la técnica antes de ponerla en práctica (cuándo comenzará, cuánto durará y la posibilidad o no de que duela).
¿Pero siempre hay que dar información detallada?
Parecen existir diferencias individuales según la personalidad del paciente. Los pacientes considerados ?monitorizadores? conocen mejor su patología, se muestran más atentos en la aparición de nuevos cambios, sufren más efectos secundarios de la medicación y presentan más estrés (debido a su elevada atención por los síntomas). Por el contrario, los pacientes considerados ?mitigadores o blunters?, tienen un estilo evitador de afrontamiento, tienden a ignorar los síntomas y todo lo que recuerde a su estado clínico, así como evitar informarse sobre la enfermedad, y tienden a subestimar el riesgo y mantener una pobre adherencia al tratamiento.
Una información detallada del tratamiento o técnica y del proceso a seguir resulta muy beneficiosa en los pacientes altos en monitorización, ya que lo contrario alimenta su incertidumbre provocando mayor ansiedad y desconfianza. Sin embargo, en los pacientes con alto estilo mitigador, es más adecuado dar una información menos detallada y más general, ya que lo contrario puede generar un conflicto con su tendencia a la evitación.
Controlabilidad
Por controlabilidad entendemos la capacidad del individuo de modificar el inicio, el final, la duración o la intensidad del estímulo nocivo. Una estrategia que aumenta la controlabilidad es pedir al paciente que nos comunique -en una escala del 1 al 10- cuánto le duele. Explicarle que nunca pretenderemos llegar al 8, y que si en algún momento llegamos, deberá avisarnos.
Una mayor controlabilidad percibida se relaciona con mayor tolerancia al dolor y una menor activación inconsciente durante la estimulación dolorosa.
Entonces?¿Es bueno dar al paciente la posibilidad de controlar siempre el procedimiento?
Aquellos individuos con un locus de control interno (creencia de que los acontecimientos futuros dependerán en mucha medida de sus acciones) se beneficiarán del control real, mostrando menos dolor y ansiedad cuando se les otorga el control. Por otro lado aquellos con un locus de control externo (creencia de que los acontecimientos futuros dependerán fundamentalmente del azar o de elementos ajenos a su conducta) no lo harán, incluso puede ser perjudicial otorgarles control real.