Es de saber, siendo la traumatología un área de la medicina que se encarga del abordaje de todas aquellas afecciones a nivel musculoesquelético está íntimamente relacionada con el área de la fisioterapia al verse involucrada en garantizar el regreso a las actividades diarias en el menor tiempo posible.
¿Cuáles son las lesiones más comunes a nivel traumatológico?
En primer lugar, se deben considerar las fracturas, las cuales se define así mismas como la pérdida de continuidad del tejido óseo a causa de una fuerza externa que ejerce una presión perpendicular o axial al hueso, pudiendo clasificarse esta lesión traumatológica según el patrón de interrupción del tejido óseo en las siguientes:
Fractura completa
En dónde existe una pérdida de continuidad ósea en la cual el hueso se divide en 2 partes, en donde se pueden encontrar las siguientes:
Fractura simple, dónde el hueso se quiebra en una de sus partes, por lo general en una superficie epifisaria o alguna otra
Fractura conminuta, dónde el hueso tiende a quebrarse en pequeños fragmentos, por lo general es común en los huesos planos como la rótula o alguno de los huesos craneales
Fracturas desplazadas, en donde como su nombre indica hay un desplazamiento a través de un eje longitudinal o transversal del tejido óseo afectado.
Fractura incompleta
En la cual, el tejido óseo no logra romperse en su totalidad sino más bien en un porcentaje de menos del 50%, donde se pueden incluir las siguientes:
Fractura en tallo verde o por inflexión, es común en niños y se caracteriza por la presencia de fisuras dentro del tallo óseo a causa de una inflexión forzada, sin embargo, el hueso no se rompe en dos mitades.
Fractura en torus, donde un lado del hueso se dobla y hace una pequeña grieta, pero el lado contrario permanece intacto
De igual manera, pueden clasificarse según el daño a los tejidos blando en los siguientes:
Fractura abierta
Dónde el hueso traspasa las capas de la piel sobresaliendo, las cuales se pueden dividir en las siguientes:
Tipo 1: Menores a 1cm, donde la contaminación y afectación es mínima.
Tipo 2.: Comprendidas entre 1-10cm en donde existe una contaminación y afectación moderada
Tipo 3: Mayor a 10cm en donde hay una gran destrucción del tejido blando.
Fractura cerrada
Cuando no traspasa las capas de la piel y a su vez puede clasificarse según el daño o lesión en las partes blandas teniendo lo siguiente:
Primer grado: La lesión en los tejidos blandos es totalmente ausente o muy mínima, por lo general es asociada a un mecanismo indirecto de lesión.
Segundo grado: Existe una contusión muscular significativa e incluso abrasiones profundas siendo inminente la aparición de un síndrome compartimental, se asocia a un mecanismo de lesión directo con un desplazamiento intenso de la superficie ósea
Tercer grado: Puede haber presencia de lesión vascular en conjunto a una contusión extensa con desprendimiento de la piel profunda y destrucción de la musculatura.
Así mismo, es posible que su clasificación también incluye el nivel de estabilidad que se presente donde se puede resaltar las siguientes:
Estable: En donde la fractura una vez reducida no produce ningún tipo de desplazamiento posterior, es decir, quedan fijas sin necesidad de algún material de osteosíntesis.
Inestable: Suelen una vez realizada la reducción de la fractura desplazarse necesitando un material de osteosíntesis para su fijación.
Fases de recuperacion ósea
En tal sentido, es importante saber que, en la fase de recuperación ósea, se deben respetar ciertos tiempos y conocerlos para poder adecuar el protocolo de tratamiento según sea necesario, así pues, se hace mención de las siguientes:
Fase proliferativa, en donde se inicia un proceso de inflamación en el cual llegan células restauradoras, linfocitos, macrófagas, neutrófilos entre otros, en función de poder crear el callo óseo, por lo general dicha fase tiene una duración de 2-3 semanas
Fase de callo blando, en donde se prolifera el tejido de granulación y células fibroblásticas para formar la matriz extracelular, participando la cara interna y externa fibrosa del periostio, endostio y médula, tiene características como la proliferación vascular, diferenciación del tejido conectivo y de células osteogenas en su maduración a osteoblastos y osteoclastos, por lo general ésta fase puede durar entre 2-3 semanas.
Fase de callo duro, en donde tejido óseo y cartilaginoso se depositan sobre la zona donde se encuentra el callo blando, en donde se ve invadido por histiocitos, fibroblastos y demás células, durante ésta fase el cartílago hialino es eliminado y sustituido mediante una osificación endocondral por lo general, dicha fase suele tener una duración de 4-6 semanas.
Fase de remodelación, en donde una vez consolidado el callo óseo las células denominadas osteoclastos remodelan al mismo para devolver la forma original en la cual se encontraba el hueso antes de la lesión1.
Uno de los tipos de fracturas que por lo general suele incidir en deportistas es la fractura por fatiga o estrés, la cual suele establecerse como resultado de acciones mecánicas repetitivas durante el gesto deportivo, puede llegar a afectar incluso a un hueso sano que no tenga relación necesariamente con el gesto realizado.
Se puede decir, que, dentro de los distintos mecanismos de producción, como se ha mencionado anteriormente pueden incluirse los siguientes:
Directos, los cuales ejercen una fuerza directamente sobre el hueso que se fractura.
Indirectos, se producen a distancia del lugar en donde ocurre el traumatismo por una concentración de fuerza en dicho punto, las cuales pueden ser, compresión, torsión, cizallamiento, flexión, tracción, entre otros.
Dentro de los distintos síntomas y signos que pueden manifestarse tras una fractura se pueden encontrar los siguientes:
Presencia de dolor, en la zona definida como lacerante.
Presencia de edematización y retención de líquidos a causa del aumento de la permeabilidad.
Se puede observar una deformidad en la extremidad donde se ubica la fractura.
Se evidencian hematomas por lo general grandes debido al daño en los tejidos vasculares.
¿En qué consisten las luxaciones?
Segun lo antes mencionado, también se puede hacer mención de las llamadas luxaciones, las cuales se definen como una pérdida de relación o contacto entre las superficies óseas que conforman una articulación, siendo una de las más comunes, la luxación de la articulación gleno-humeral, donde, se sabe que debido a su incongruencia articular (gracias a que la cabeza humeral es más grande que la cavidad glenoidea) es propensa a sufrir éste tipo de afección. De igual manera, es común encontrarla a nivel de la articulación temporo-mandibular (ATM) gracias a la biomecánica de apertura y cierre de la boca, en la cual el cóndilo mandibular de desliza sobre la apófisis cigomática del temporal en donde se marca el final del recorrido al momento de la apertura y en caso de ser excesiva, el cóndilo puede sobrepasar dicho límite iniciando ésta afección.
La manifestación clínica de dicha lesión, por lo general puede crear inestabilidad articular debido al daño en los tejidos estabilizadores en la articulación, por lo tanto, es común que pueda suceder de manera repetitiva pudiendo ser solucionada mediante el método de reducción.
¿Qué son los esguinces?
En otro orden de ideas, también se pueden resaltar las lesiones a nivel de ligamentos, conocido como esguince, definido como una distensión o rotura parcial e incluso total de las fibras de colágeno que conforman al ligamento debido a una fuerza externa, afectando considerablemente el estado de salud y bienestar físico de la persona quien lo padece, pudiendo tener una clasificación a nivel médico la cual se describe a continuación:
Esguinces Grado 1: Existe una distensión leve de las fibras de colágeno del ligamento sin haber rotura en ellas, llegando a pasar la barrera de deformidad plástica.
Esguinces Grado 2: Hay presencia de una rotura en cuanto a las fibras de colágeno comprendidas entre el 25%-70%, siendo ésta la más común.
Esguinces Grado 3: Más grave de todas, en la cual el ligamento se rompe por completo siendo su solución netamente quirúrgica.
Por lo general, es común encontrar éste tipo de lesión a nivel del tobillo, siendo uno de los más afectados, ocurriendo casi 10 mil al día a nivel mundial, en donde se ven implicados los ligamentos peroneo-astragalino anterior, posterior y el ligamento peroneo-calcáneo respectivamente. Así mismo, también se puede encontrar a nivel de la rodilla con la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) siendo una de las más comunes a nivel de futbolistas, también, a nivel de la muñeca, en donde se puede ver afectado el ligamento triangular, común en tenistas y golfistas o a nivel cervical, cuando se produce el síndrome del latigazo en el cual se ve afectado el ligamento longitudinal posterior, todos ellos teniendo en común el factor lesivo sobre una estructura ligamentosa.
Dentro de la sintomatología que puede manifestarse se encuentra:
Inestabilidad articular, debido a que precisamente los ligamentos son quienes proporcionan estabilidad pasiva a la zona articular, donde también se ven afectados los músculos quienes brindan estabilidad activa.
Edematización e inflamación, alrededor de la zona afectada.
Dolor punzante y localizado, por lo general al movimiento.
Disminución del rango articular, debido al dolor presente pudiendo llegar a manifestar kinesiofóbia.
Es importante de igual manera conocer los tiempos de recuperación del tejido ligamentario, los cuales se describen a continuación:
Esguince grado 1: teniendo un periodo entre 0-3 días
Esguince grado 2: En un periodo de 2-6 semanas
Esguince grado 3: En un periodo de 5 semanas-6 meses.
Abordaje Fisioterapeutico para las lesiones traumatológicas
Es importante decir, que ante todas éstas lesiones mencionadas, se puede seguir un protocolo de tratamiento en rehabilitación y fisioterapia, en el cual se pueda ir de la mano directamente con un tratamiento netamente activo, mediante el ejercicio terapéutico, en donde, se demuestra que para la segregación de endorfinas y encefalinas (hormonas que favorecen la analgesia) se necesita una estimulación mínima de 20 minutos, por lo tanto, dependiendo sea el caso, se puede adecuar los ejercicios de manera pasiva, activa asistida o activa, progresivamente hasta poder hacer el uso de pesos libres o ligas de resistencia.
Un punto a resaltar, es el uso de técnicas manuales, donde si bien, son tratamientos realizados en camilla, se ha demostrado sus beneficios en cuanto a la mitigación de la sintomatología dolorosa y limitante, en donde se hace uso de la inducción miofascial o técnicas de manipulación como Maitland, Mulligan o Kaltenborn los cuales buscan realizar movilizaciones intra-articulares directas e indirectas dependiendo sea el caso, para lograr el aumento del rango de movimiento.
Finalmente, se puede hacer uso de los agentes físicos, los cuales pueden traer múltiples beneficios en la recuperación de éste tipo de lesiones, dentro de los cuales se pueden mencionar:
Termoterapia, donde se promueve el aumento del flujo sanguíneo, causando un efecto analgésico y a su vez se permite la proliferación de macrófagos, linfocitos, fibroblastos entre otros, que permiten la recuperación de la lesión2.
Crioterapia, caracterizado por causar un efecto antiinflamatorio y a su vez analgésico local sobre la zona afectada permitiendo la vasoconstricción del tejido vascular.
Ultrasonido, en donde se puede producir un efecto mecánico o térmico dependiendo sea el caso, siendo muy útil para el abordaje de lesiones traumatológicas, permitiendo la analgesia posterior a su aplicación y ayudando en la regeneración de los tejidos.
Ondas de choque, los cuales ayudan igualmente a la regeneración de los tejidos afectados
Electroterapia, en donde se puede realizar una mitigación del dolor presente mediante el uso del TENS e incluso se puede favorecer al fortalecimiento de las fibras musculares de tipo dos (2) mediante el EMS
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