La terapia acuática, fisioterapia en el agua o hidroterapia, como deseemos llamarle, va mucho más allá que solo un simple recurso terapéutico, ya que no solo nos brinda la oportunidad de rehabilitar alteraciones del sistema musculoesquelético y mejorar el desarrollo motor, sino que además, es por excelencia un medio de integración, aprendizaje tanto motor como cognitivo, relajación, comunicación, emoción, participación e incluso un espacio para relaciones sociales y familiares.
En el desarrollo de este artículo me dispondré a ahondar un poco acerca de las propiedades de la terapia y los beneficios que aporta dentro de nuestro arsenal de oportunidades dentro del mundo de la rehabilitación.
Fisioterapia en el agua o terapia acuática
La terapia acuática se refiere a todas aquellas actividades o ejercicios tanto pasivos como activos que se realizan dentro del medio acuático, para poder usar a nuestro favor las propiedades del agua, contribuyendo en el proceso de rehabilitación.
Es importante tomar en cuenta que para plantear la indicación de hidroterapia en un paciente, se debe tomar en cuenta la enfermedad y la fase evolutiva en la cual se encuentra, tomando además en consideración aspectos como el estado de salud general del individuo, su capacidad al esfuerzo así como su afectación cardio-respiratoria. De esta manera, podremos asegurarnos de que sea favorable su indicación y bajo qué condiciones se llevara a cabo este tipo de terapia.
Efectos terapéuticos de la hidroterapia o terapia acuática
Todos los efectos terapéuticos de la hidroterapia se basan en las leyes físicas. Dichos efectos nos permiten realizar en el agua movimientos o ejercicios que en la tierra mucho más dificultosos, lo cual nos ayuda a mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación. A continuación, te explicamos cada uno de estos efectos de forma más detallada.
Resistencia hidrodinámica
Esta es la resistencia que produce el agua al movimiento de desplazamiento, que será mayor a mayor velocidad a la que se realice el movimiento.
Este efecto lo podemos utilizar de forma terapéutica de 3 formas:
- Con movimientos en suspensión, es decir, en flotación.
- Movimientos como asistencia o movimientos ascendentes.
- Por último, movimientos contra resistencia, es decir, movimientos descendentes, lo que nos permite trabajar la fuerza muscular.
Temperatura
El agua nos brinda efectos térmicos muy favorecedores dependiendo de la temperatura en la que se encuentre, por ejemplo, superior a los 30º (como en el caso de las aguas termales) se produce una vasodilatación que conlleva a una relajación de los músculos. Sin embargo, en la mayoría de las piscinas en donde se aplica la hidroterapia, no se está a esta tempera. Sin embargo, se debe procurar que la temperatura del agua sea cálida y totalmente agradable para el paciente, ya que en el caso contrario, el frio podría ser contraproducente para la sesión terapéutica.
Presión hidrostática
Este efecto produce una compresión de la caja torácica que hace que su perímetro disminuya un 10% y en consecuencia, se favorece el trabajo respiratorio, además de tener la oportunidad de trabajar la elasticidad de la caja torácica.
Asimismo, la presión hidrostática tiene efecto sobre el sistema cardiaco, lo que favorece el aumento del retorno venoso así como linfático, además de aumentar la presión venosa central.
Empuje hidrostático
Como bien sabemos, dentro del agua se puede la gravedad, efecto que se produce gracia al empuje hidrostático, que da espacio al fenómeno de flotabilidad. Esto se produce gracias a una disminución del peso corporal con respecto al peso que se tiene en la tierra y como consecuencia, disminuye la carga articular y en efecto la amplitud del movimiento.
Mientras más profundo nos encontremos menor será el peso del cuerpo y por tanto, mayor facilidad para realizar los movimientos.
Todos estos beneficios aunados a técnicas específicas de fisioterapia, potencian su relevancia dentro del programa de rehabilitación entendiendo que es un complemento y no todo el trabajo en sí.
¿Qué beneficios obtenemos de la inmersión?
La terapia acuática tiene numerosos beneficios no solo fisiologicos sino también psicológicos y hasta sensoriales. Los detallaremos a continuación.
Beneficios fisiológicos
Podemos destacar los siguientes:
- Beneficios respiratorios.
- Beneficios renales.
- Beneficios circulatorios.
- Beneficios musculoesqueléticos.
Beneficios sensoriales
Estos los divideremos en 2 grupos:
- Estímulos cutáneos: debido a que el sistema táctil es el sentido mas grande que tiene el cuerpo humano, en la hidroterapia estas sensaciones aumentan, ya que el agua se adapta a las diferentes zona de nuestro cuerpo. Además permitiendo una liberación dopamina que se encarga de generar sensaciones de bienestar.
- Estímulos propioceptivos: en el agua este sentido se intensifica y nos hace más conscientes de la posición de nuestro cuerpo.
Beneficios psicológicos
La terapia acuática favorece la autoconfianza y autoestima en los pacientes al momento de tener la posibilidad de realizar movimientos que fuera del agua no pueden realizar. Por lo que resulta una importante fuente de motivación para los pacientes.
¿Qué beneficios obtener terapéuticamente hablando?
Podemos aprovechar de muchos beneficios en la terapia acuática a nivel terapéutico y entre ellos se destacan:
- Favorece el tono muscular.
- Mejora la estabilidad, coordinación y estabilidad corporal, al permitir la realización de movimientos que el paciente no podría realizar fuera del agua.
- Mejora del control motor.
- Favorece el sistema propioceptivo.
- Alineamiento vertebral.
- Aumento de la puesta en carga de los miembros inferiores.
- Disminución del dolor.
- Favorece la función de los músculos respiratorios.
Conclusiones generales de la terapia acuática
Además la hidroterapia nos permite interactuar con los pacientes de una forma menos convencional y mucho más didáctica, que nos permite obtener un resultado mucho más integral e incluso, satisfactorio.
Ya que en conclusiones generales podemos destacar:
- La hidroterapia nos permite trabajar aspectos que van mucho más allá de la condición física del paciente, al poder desarrollar sesiones terapéuticas con un ambiente lúdico que mejoran aspectos como las relaciones sociales, aspectos motores, cognitivos y sensitivos.
- La sensación de ingravidez que tiene el paciente dentro del agua en donde pueden realizar con libertad y sin sensación de dolor movimientos que en condiciones normales no pueden realizar, le permiten al paciente mejorar su autoconfianza y autoestima.
- Otro aspecto de gran importancia es que nos brinda la hidroterapia es la posibilidad de desenvolvernos en un entorno que le permite al paciente dejar de enfocarse en la enfermedad y realizar una terapia en donde por un momento olvida su situación de salud, como sucede en el caso de las clínicas, hospitales y centros de rehabilitación que son espacios que le recuerdan al paciente que padece una patología.
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Referencias bibliográficas
- Soler Vila, A, Jimeno Calvo, M. Actividades Acuáticas para Personas Mayores, Madrid: Gymnos, 1998.
- Sova, R. Ejercicios Acuáticos. Barcelona: Paidotribo ,1993.