La incontinencia urinaria es un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a las mujeres y personas mayores. Esta afección puede presentarse de diversas maneras, siendo las más comunes la incontinencia de esfuerzo (fuga de orina al toser, reír o realizar esfuerzos) y la incontinencia de urgencia (una necesidad urgente y repentina de orinar). El impacto de la incontinencia sobre la calidad de vida es significativo, afectando tanto el bienestar físico como emocional de los pacientes.
Uno de los enfoques terapéuticos más recientes para el tratamiento de la incontinencia urinaria es la neuromodulación periférica, que utiliza impulsos eléctricos para modular las vías nerviosas que controlan la función vesical. Este tratamiento ha demostrado ser eficaz, especialmente en pacientes que no han respondido adecuadamente a los tratamientos convencionales, como los medicamentos o la fisioterapia.
La neuromodulación periférica consiste en la estimulación de nervios periféricos para influir en las vías neurológicas que controlan la vejiga y los músculos del suelo pélvico. Esta técnica utiliza impulsos eléctricos de baja frecuencia, que son aplicados a través de electrodos colocados en la piel o mediante un electrodo implantado cerca del nervio estimulado. En el caso del tratamiento de la incontinencia urinaria, el nervio tibial posterior y el nervio sacro son los principales objetivos de la neuromodulación periférica.
Los estudios han demostrado que la neuromodulación periférica es altamente eficaz en el tratamiento de la incontinencia urinaria. En particular, la neuromodulación del nervio tibial posterior ha mostrado resultados positivos en pacientes con incontinencia de urgencia y vejiga hiperactiva, reduciendo significativamente la frecuencia urinaria, la urgencia y los episodios de incontinencia.
La neuromodulación del nervio sacro es otra opción eficaz para pacientes que no responden a otros tratamientos. Este enfoque es particularmente útil para personas con casos graves de incontinencia de urgencia o disfunciones del suelo pélvico. La evidencia científica sugiere que la neuromodulación sacra puede proporcionar una mejora duradera en los síntomas, con reducciones significativas en la urgencia y las pérdidas de orina tras un ciclo de tratamiento (1).
Comparada con otros tratamientos conservadores, como la fisioterapia del suelo pélvico o los medicamentos anticolinérgicos, la neuromodulación periférica tiene la ventaja de ofrecer una opción no farmacológica con pocos efectos secundarios. Mientras que los medicamentos pueden causar sequedad bucal, estreñimiento u otros efectos adversos, la neuromodulación es generalmente bien tolerada y los efectos secundarios son mínimos.
En términos de efectividad, la neuromodulación periférica es particularmente útil en pacientes que han experimentado fallos con tratamientos convencionales. En estos casos, se ha observado que la combinación de fisioterapia del suelo pélvico con neuromodulación puede potenciar los resultados, mejorando la continencia y reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas, como la cirugía.
Existen diferentes procedimientos de neuromodulación periférica que se pueden adaptar a las necesidades de cada paciente. Estos procedimientos pueden realizarse de manera transcutánea (a través de la piel) o mediante la implantación de dispositivos, dependiendo de la gravedad del caso y de las preferencias del paciente.
La neuromodulación periférica ofrece múltiples beneficios en comparación con otros tratamientos convencionales. Entre los principales destacan:
Además, la neuromodulación transcutánea es una opción no invasiva que no requiere tiempo de recuperación, lo que permite al paciente retomar sus actividades diarias inmediatamente después del tratamiento. Esta comodidad, combinada con su efectividad, hace que la neuromodulación periférica sea una opción preferida para muchos pacientes.
Aunque la neuromodulación periférica ha mostrado ser eficaz en el tratamiento de la incontinencia urinaria, no está exenta de desafíos. La principal limitación es que los resultados pueden variar de un paciente a otro, y algunos pueden requerir varias sesiones o ajustes del tratamiento para obtener los mejores resultados. Además, en los casos de neuromodulación sacra implantada, existe el riesgo de infección o complicaciones derivadas del procedimiento quirúrgico.
Es crucial que los profesionales de la salud realicen una evaluación exhaustiva del paciente antes de considerar la neuromodulación como opción de tratamiento. Es importante seleccionar cuidadosamente a los candidatos para garantizar que el tratamiento sea eficaz y minimizar los riesgos asociados.
La neuromodulación periférica está indicada principalmente para pacientes con incontinencia de urgencia, vejiga hiperactiva y disfunciones del suelo pélvico que no han respondido adecuadamente a otras terapias conservadoras. Antes de iniciar el tratamiento, es esencial realizar una evaluación exhaustiva del paciente para determinar la causa de la incontinencia y asegurarse de que no existan contraindicaciones para el uso de neuromodulación.
Los pacientes seleccionados deben ser informados sobre el procedimiento, sus beneficios potenciales y los posibles efectos secundarios, aunque estos últimos son generalmente leves e incluyen enrojecimiento en la piel o molestias en el sitio de estimulación.
A medida que la tecnología avanza, la neuromodulación periférica se está convirtiendo en una opción de tratamiento más accesible y personalizada. Los nuevos dispositivos permiten una mayor precisión en la estimulación nerviosa y están siendo desarrollados para ser más cómodos y fáciles de usar. Además, los sistemas de retroalimentación biológica y las tecnologías portátiles podrían mejorar la eficacia del tratamiento, proporcionando mejores resultados a largo plazo.
La neuromodulación periférica ha demostrado ser una opción terapéutica eficaz y segura para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Tanto la neuromodulación del nervio tibial posterior como la neuromodulación sacra ofrecen una alternativa no invasiva o mínimamente invasiva a los tratamientos convencionales, mejorando significativamente los síntomas y la calidad de vida de los pacientes. Su integración con otros enfoques terapéuticos, como la fisioterapia, puede potenciar aún más sus beneficios.
Los fisioterapeutas interesados en profundizar en el uso de la neuromodulación periférica para tratar la incontinencia urinaria pueden acceder al curso de neuromodulación percutánea online
ofrecido por FisioCampus, donde se abordan tanto las técnicas transcutáneas como las implantadas, así como su aplicación clínica en diferentes patologías.