Los puntos gatillo miofasciales (PGM) son áreas hiperirritables dentro de las fibras musculares que provocan dolor local y referido, limitación en el rango de movimiento y disfunción muscular. Se encuentran dentro de una banda tensa del músculo esquelético y se activan debido a factores como el sobreuso, el estrés muscular, traumatismos, y posturas inadecuadas. Los PGM pueden ser activos cuando generan dolor espontáneo o latentes cuando no producen dolor, pero limitan la función muscular y pueden activarse ante ciertos estímulos. Esta disfunción miofascial representa una de las causas más comunes de dolor musculoesquelético en la práctica clínica y afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes.
El tratamiento de los PGM se ha convertido en una prioridad en fisioterapia, ya que su activación crónica puede derivar en síndrome de dolor miofascial (SDM). La fisioterapia ofrece una variedad de técnicas para abordar estos puntos gatillo, desde la punción seca hasta técnicas manuales, con el objetivo de desactivar los PGM y restaurar la funcionalidad muscular.
Los puntos gatillo se desarrollan en respuesta a un daño o irritación de las fibras musculares. Esto provoca la liberación de sustancias químicas (como la acetilcolina) que mantienen una contracción sostenida en el área afectada, generando un “nudo” o banda tensa. Esta contracción mantenida reduce el flujo sanguíneo local, generando isquemia y acumulación de desechos metabólicos, lo cual aumenta la sensibilidad de las terminaciones nerviosas y provoca dolor. La persistencia de esta condición puede hacer que el dolor se extienda más allá del punto de origen, afectando zonas musculares cercanas y provocando dolor referido.
El diagnóstico de los PGM se basa en una evaluación clínica exhaustiva que incluye:
Es importante que el diagnóstico sea realizado por un fisioterapeuta con experiencia en técnicas de palpación, ya que los PGM pueden ser difíciles de identificar, especialmente en músculos profundos o en pacientes con múltiples puntos gatillo activos.
La fisioterapia cuenta con varias técnicas para desactivar los PGM y aliviar el dolor en los pacientes. Entre las intervenciones más comunes se encuentran:
La punción seca es una de las técnicas más efectivas y utilizadas en el tratamiento de PGM, ya que permite desactivar los puntos gatillo de manera rápida y con efectos duraderos. Esta técnica no introduce sustancias en el cuerpo, sino que utiliza la aguja para provocar una reacción fisiológica en el músculo. La punción seca profunda desactiva los PGM en músculos profundos, donde otrastécnicas no logran alcanzar el punto de origen del dolor. La punción seca ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de PGM en condiciones como el dolor lumbar, cervicalgia, dolor de hombro y síndrome de dolor miofascial generalizado.
Los estudios clínicos sugieren que la punción seca puede reducir significativamente el dolor y mejorar la función en pacientes con PGM, siendo especialmente útil cuando se combina con técnicas de fisioterapia convencional, como los estiramientos y la movilización.
Una vez desactivados los PGM, es importante que el paciente mantenga la salud muscular para evitar la reaparición de los puntos gatillo. Las estrategias de prevención incluyen:
La fisioterapia desempeña un rol fundamental en el tratamiento de los puntos gatillo miofasciales, ofreciendo una variedad de técnicas eficaces para desactivar estos puntos y reducir el dolor. La combinación de métodos invasivos, como la punción seca, y no invasivos, como la liberación miofascial y los estiramientos, permite a los fisioterapeutas abordar el dolor de forma integral y mejorar la funcionalidad en los pacientes con SDM. La implementación de estrategias de prevención y la educación del paciente sobre el autocuidado son esenciales para evitar la reactivación de los PGM y promover una recuperación duradera.